miércoles, 15 de enero de 2014

Atardecer en París - Nicolas Barreau



La mayoría de las personas ya no sabe mirar con atención, ha olvidado lo
que es dejarse llevar durante dos horas en las que se plantean los temas más
importantes de la vida, sean tristes o alegres. Sin necesidad de comer, beber,
mascar chicle o sorber por una pajita.

Con los recuerdos pasa algo muy extraño —dijo, y guardó silencio un instante—. A veces pueden ponerte triste aunque sean recuerdos bonitos. Es agradable pensar en ellos, son el mayor tesoro que uno tiene, y aun así resultan un poco dolorosos porque hay algo que es irrecuperable.

¿Y acaso no era sencillamente increíble que el amor, después de todos los milenios en los que el mundo ha estado girando en torno a su eje, siga siendo lo más maravilloso que les puede pasar a dos personas? Es esentimiento el que nos hace empezar siempre de nuevo y esperar lo máximo.




No hay comentarios. :

Publicar un comentario